viernes, 22 de octubre de 2010

There's Always Tomorrow, de Douglas Sirk (1955)




















Tal vez por no poseer de manera tan evidente la gravedad que, a ciertos ojos, eleva el interés de The Tarnished Angels/Ángeles Sin Brillo (1957) o A Time To Live And A Time To Die/Tiempo De Amar, Tiempo De Morir (1957); quizás por carecer del componente compilador de Imitation Of Life/Imitación A La Vida (1958); quién sabe si por esa insalvable opacidad de la mítica cinematográfica que prefiere mencionar una y otra vez, las por otro lado fascinantes, Magnificent Obsession/Obsesión (1953) y All That Heaven Allows/Sólo El Cielo Lo Sabe (1955); el caso es que There's Always Tomorrow/Siempre Hay Un Mañana (1955), uno de los más conmovedores triunfos del cineasta de Hamburgo, se mantiene semioculta. Y ello pese a que, según los enemigos del "melos", de esa "música" que complementa el "drama" para crear una forma folclórica y cinematográfica sublimada por una escritura formal, para los que requieren un verosímil "realista" como principal condición para aceptar el "cinematográfico", tendría que pasar por una de sus obras más transparentes.

Su tono es cotidiano, dramático pero aparentemente menos trascendente, no tan crispado, como el de, pongamos, Written On The Wind/Escrito Sobre El Viento (1956), y no está tan lejos como pudiera parecer de Has Anybody Seen My Gal?/¿Ha Visto Alguien A Mi Chica? (1951) o No Room For The Groom/No Hay Sitio Para El Novio (1952), si bien el humor de éstas, el tono frívolo de partida (mera, bella apariencia, pues ofrecen retratos de sus pequeñas comunidades y familias nada complacientes) tiene aquí el aroma del desencanto, de las oportunidades perdidas, del espejismo de un reencuentro romántico que, finalmente, sólo servirá para confirmar el fracaso de una(s) vida(s). En No Hay Sitio Para El Novio la amabilidad aparente no disimula rincones y grietas perversas, lo que tiene un eco notable en estos otros espacios de la América moderna de Siempre Hay Un Mañana, donde lo melancólico alberga matices irónicos que desembocan en la terrible asunción de una derrota definitiva, del fracaso vital que, golpe final, el regreso de la amada no permitirá reconducir. Ese tardío encuentro entre Clifford y Norma no sólo abre unas heridas cerradas en falso, también reinterpreta los espacios en los que se desarrolla esa vida varada del hombre, mostrándolos como son: la casa familiar, donde el espacio de convivencia contrasta con la soledad absoluta del personaje de Fred MacMurray, o la fábrica de juguetes, lugar casi sardónico y pronto cruel en el que el éxito profesional, un pequeño robot que camina hasta el final de la mesa, se contrapone al fracaso sentimental y personal que muestra la pasividad de Marion, la esposa. O el papel de los hijos, en especial de William, vigilante, juez e intérprete de la antigua renuncia de su padre, y de la asunción de un fracaso familiar que le sitúa a él, vástago de un matrimonio mediocre, en el centro. Así, Norma aparece primero en un entorno familiar, rutinario, y posteriormente en un paraje en el que el pasado no logra recrearse, prólogo a la despedida definitiva que es el alejamiento del avión en el que ella marcha para siempre. Por la presencia de Barbara Stanwyck se puede relacionar esta historia con la de All I Desire/Su Único Deseo (1953), con la que comparte una precisión narrativa que amplifica su densidad formal (allí sólo en 79 minutos), además del personaje de la forastera como pieza fundamental de un pasado aguado por la mediocre vida provinciana que aniquiló toda ilusión (Naomi Murdoch, madre ausente, primero; Norma Miller, antigua amiga y amor, después).

There's Always Tomorrow es una nueva versión de una película de Edward Sloman estrenada veintiún años antes. Comparar ambas obras seguramente arrojaría luz sobre un tema fundamental durante toda la carrera de Sirk, la porosidad del mecánicamente denominado cine clásico a todo tipo de variaciones y reinterpretaciones manieristas, centro teórico de los imprescindibles escritos que al director de Lured/El Asesino Poeta (1947) ha dedicado Jesús González Requena. [José Luis Torrelavega]




















Edición en DVD recomendada: la publicada en el Reino Unido por Eureka Entertainment, en su colección Masters Of Cinema, que cuenta con opción de subtítulos en inglés.

http://eurekavideo.co.uk/moc/catalogue/theres-always-tomorrow/

http://www.dvdbeaver.com/film2/DVDReviews49/theres_always_tomorrow.htm

http://homecinema.thedigitalfix.co.uk/content/id/72317/theres-always-tomorrow.html

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